martes, 19 de agosto de 2008

Colonia Dignidad


Hay un secreto impenetrable en torno a Colonia Dignidad y que supera las mejores novelas de espionaje. Se trata del suceso verídico de un caso sin solución: la desaparición en Chile de un genio de las matemáticas, nacido en Moscú en 1941, nacionalizado norteamericano, de origen judío, llamado Boris Weisfeiler Bernstein. Sus rastros se perdieron, en 1985, cerca de la Colonia Dignidad y desde entonces nada se sabe de su paradero. Weisfeiler es, hasta hoy, el único estadounidense que aún permanece desaparecido en Chile.

El periodista Carlos Basso investigó este caso durante años, hasta traducirlo en la obra "El último secreto de Colonia Dignidad" que presentará en la Feria del Libro. Por sus páginas desfilan los estériles esfuerzos de los diplomáticos de la Embajada de Estados Unidos en Chile por ubicarlo, un misterioso informante, dos muertes anexas jamás aclaradas, la DINA, la CNI, la operación Cóndor, la CIA, el FBI, la KGB, el Mossad, cientos de documentos desclasificados y una serie de intrigas que implican a la Odessa y a las redes neonazis en América Latina y el mundo, el tráfico de armas y drogas y al infausto "Angel de la Muerte", Josef Mengele. La realidad siempre supera a la ficción y este insoluble caso es una fiel prueba de ello.

Desde hace medio siglo, el enclave germano Colonia Dignidad, hoy Villa Baviera, ubicado en la Séptima Región de nuestro país, ha sido un enigma para la gran mayoría de los chilenos. Convertido en un virtual "país extranjero" de 14 mil hectáreas dentro del territorio nacional, ha logrado sobrevivir misteriosamente a la voluntad de las más altas autoridades, a las publicitadas fugas de algunos jóvenes colonos, los sucesivos allanamientos y operativos policiales, las acusaciones de organismos de derechos humanos y a las denuncias de los propios colonos.

En la década del 60, un artículo de la periodista Frida Modak publicado en la Revista "Vea" develó a los chilenos la existencia de este peculiar "Estado dentro de otro Estado", a consecuencia de lo cual la reportera se vio obligada a abandonar Chile y refugiarse en Israel.

Uno de los primeros jerarcas de la colonia, Heinz Kuhn Fester, huyó de ésta en 1980. Se radicó en la ciudad de Los Angeles, y hasta hoy es uno de los principales perseguidores de Schäfer y sus huestes. Igualmente reveladores fueron los testimonios de otro de los fundadores de la colonia, Hugo Baar y del matrimonio de Georg y Lotti Packmor, quienes declararon en Alemania en 1985.

Luego de un período de beneplácito que la colonia gozó bajo el régimen militar, las duras acusaciones que hicieron algunos colonos, junto con el retorno de la democracia, impulsó en 1991 al mandatario Patricio Aylwin a quitar la personalidad jurídica del reducto alemán. Pese a los esfuerzos presidenciales, la colonia logró sobrevivir con apenas un cambio de denominación.

Tampoco le fue mejor al ex intendente de Linares, Hernán Taricco, quien fue destituido luego de una serie de escaramuzas. Las imputaciones que en el período militar fue un centro de detención y tortura, tampoco hicieron mella en la fortaleza del emplazamiento germano. Ni siquiera las últimas incriminaciones que señalan a su líder Paul Schäfer de prácticas de pedofilia, consiguieron perjudicar su protegida existencia. Como tampoco el giro político-diplomático de la embajada de Alemania en Chile, que fue variando desde el apoyo de los primeros tiempos, a la neutralidad del período militar, hasta el rechazo de la última década. Ni los informes desplegados por la Oficina Federal de Inteligencia de Alemania.

En 1996 un joven, Wolfgang Müller escapó del enclave, denunciando los vejámenes a que eran sometidos los colonos. En 1997 se conoció el dramático caso del joven Salo Luna, quien protagonizó una fuga de película desde el enclave germano junto a Tobías Müller. Luna no ha temido denunciar las aberraciones de que fue víctima por parte del líder germano. Debió soportar ataques sexuales, violaciones y cotidianas humillaciones, dramática realidad que lo empujó a huir, perseguido por una jauría. Tras el escape de ambos jóvenes, que viajaron a Alemania, se registró una serie de fugas en cadena. La osadía la repitió Hinz Jun y luego el matrimonio formado por Erwin Fege y Brigitte Malessa.

En la actualidad el tema de Colonia Dignidad está centrado en la Corte Suprema, a solicitud de la justicia alemana que pretende obtener antecedentes acerca de las pesquisas en Chile para dar con el paradero del ex jerarca del enclave germano, quien permanece prófugo desde hace cuatro años. Schäfer se encuentra acusado de sustracción, privación de libertad, violaciones sodomíticas y abusos deshonestos contra, por lo menos, 27 menores de edad, que afectaron tanto a niños chilenos, como a alemanes.

Un misterio insoluble

Durante 17 años la misteriosa desaparición de Boris Weisfeiler ha sido rastreada en informes dirigidos por la Embajada de Estados Unidos al Departamento de Estado, como asimismo en contactos diplomáticos y consulares con altas autoridades del Ejército y de Carabineros. La Vicaría de Concepción recopiló una serie de antecedentes y trató de efectuar gestiones a nivel gubernamental. Posteriormente, en 1998, incluyó el caso de Weisfeiler en un informe semestral.

Hasta hoy han sido estériles los esfuerzos de su hermana Olga, de sus amigos, de los colegas de la Universidad Estatal de Pennsylvania, de los profesores de la Universidad de Harvard, de los académicos del Instituto de Tecnología de Massachussetts, de los miembros del Instituto de Matemáticas de Estados Unidos por encontrarlo.

Hijo de un matrimono judío, Weisfeiler -quien no era religioso practicante- fue un perseguido durante toda su vida. Su padre fue hostigado por los nazis, que lo acusaron de ser un espía de los rusos, y posteriormente éstos últimos emprendieron su propia persecución contra los judíos. Huyendo de todo eso, Weisfeiler logró emigrar en 1975 a Estados Unidos, donde continuó una solitaria existencia, dedicando su tiempo libre a la pasión de su vida, el excursionismo por zonas desoladas.

Weisfeiler nunca se casó, ni tuvo hijos. Es recordado como un hombre simple, de gustos sencillos y extremadamente generoso. Debido a su vida en la ex URSS, un Estado completamente policial, aborrecía cualquier tipo de uniforme. Pese a que nunca hablaba de política, se lo podía catalogar de "derechista", pues votaba por el partido republicano.

Su única pasión era viajar, que derivaba de su interés por conocer distintas culturas. En diciembre de 1984 habló por última vez con su hermana Olga: le dijo que planeaba ir en sus vacaciones a hacer hiking a un país del sur del mundo llamado Chile. Pero el Chile de 1984 era un país en Estado de Sitio, en el cual estaba restringida la libertad de desplazamiento.

Boris llegó en un avión Lan Chile a Santiago el 25 de diciembre de 1984. Tomó un bus y partió a la ciudad de Los Angeles en la noche del mismo día. Allí habría alojado en el hotel Mariscal Alcázar, donde estuvo hasta el 26 en la mañana; luego tomó un bus hacia la zona de El Abanico, cerca del volcán Antuco. Tras ello partió a la Laguna del Laja, una zona privilegiada para el excursionismo. Más tarde, bordeando la cordillera de Los Andes continuó caminando al norte, llegando a la comuna de San Fabián de Alico, en el límite entre la Octava y la Séptima Regiones.

Al sur de la Séptima Región se encuentra la comuna de Parral, dentro de cuya jurisdicción se ubica el predio principal de Colonia Dignidad. El 4 de enero de 1985, tras pasar el control de Carabineros de El Roble, Weisfeiler llegó hasta la confluencia de los ríos Ñuble y Los Sauces, siendo visto por última vez por el campesino Luis Alberto López Benavides

De acuerdo a los reportes de Carabineros y la justicia, el turista probablemente se ahogó mientras trataba de cruzar a pie los ríos -pese a que existe un andarivel en esa misma zona- y el caso fue prontamente cerrado, a pesar de los esfuerzos del consulado de EEUU en Chile por investigarlo. Algunos meses más tarde, el último hombre que lo vio con vida, Luis López Benavides, apareció muerto colgando desde el andarivel. El dictamen de la justicia indicó que fue un suicidio, pero ese antecedente es imposible de indagar hoy en día, pues la causa desapareció del Primer Juzgado de Letras de San Carlos.

Un misterioso informante
Dos años más tarde, un misterioso informante apareció en el consulado de Estados Unidos en Santiago. Bautizado con el nombre clave de "Daniel" contó una increíble historia. Dijo que él formó parte de una patrulla militar que se encontraba en el sector donde desapareció Weisfeiler custodiando el perímetro de la colonia, pues allí esperaban el arribo desde Paraguay de un tal "doctor Smith", que según "Daniel" no era nadie más que el buscadísimo "Angel de la Muerte", el ex criminal nazi Josef Mengele, que se suponía muerto en 1979.

De acuerdo a la historia de "Daniel", el teniente a cargo del grupo confundió a Weisfeiler con un espía del Mossad y luego de la CIA, por sus papeles, por lo que lo entregaron a Paul Schäfer.

En sus relatos, que continuaron hasta 1997 y fueron matizados por varios informes que envió a las autoridades americanas, "Daniel" aseguró además que en 1987 otro miembro de la patrulla había visto a Weisfeiler vivo al interior de la colonia, haciendo adobes, y entregó pormenores de otros casos, como la muerte del general Bonilla.

¿Será todo esto realidad? ¿Qué hay de cierto en las acusaciones de que Weisfeiler era un espía? ¿Podría Josef Mengele estar vivo a esas alturas? ¿Qué tienen que ver la red Odessa y otros criminales nazis en este intrincado caso?

Esas y muchas otras son algunas de las interrogantes que intenta responder el periodista Carlos Basso, editor del diario "Crónica" de Concepción, en el libro "El Ultimo Secreto de Colonia Dignidad".

La investigación de Basso tiene el estilo de una apasionante novela, pero que fue realizada sobre la base de una serie de entrevistas a amigos y familiares de Weisfeiler, así como a ex agentes policiales, y gracias al material desclasificado por el Departamento de Estado de Estados Unidos, más documentación del FBI, la CIA, la KGB y la OSI (Office of Special Investigations) del Departamento de Justicia. Además, la embajada de Santiago expuso en varias oportunidades su preocupación por el hecho a las autoridades de Carabineros, incluyendo al general Stange.

Igualmente se analizaron archivos judiciales chilenos e informes de la Dirección de Orden y Seguridad y del OS-7.

Los representantes norteamericanos más involucrados en el asunto han sido los senadores Edward Kennedy, Arlen Specter, Thomas Patri, William Clinger, Barney Frank, y John Heinz.

Además han intervenido organismos, como la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), Cuerpos de Contrinteligencia del Ejército de Estados Unidos (CIC), la Agencia Antidrogas (DEA), Amnistía Internacional (AI), y la Liga Judia Antidifamacion (ADL). El embajador William Brownsfield ha efectuado una serie de gestiones al respecto. Lo mismo el gobierno alemán, que si bien fue muy pro-colonia en los años del embajador Erich Stratling, progresivamente ha ido ayudando en el caso.

Especializado en técnica de la investigación y periodismo policial, Carlos Basso ha sido premiado por Carabineros e Investigaciones, por su trabajo en el área policial. En 1998 recibió el premio "Generación Joven", otorgado por el Consejo Regional del Colegio de Periodistas.

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